Capítulo 1

- ¡Buenos días idiotas incomprendidas!, es sábado por la mañana y ¿Qué mejor manera de empezar el día levantando sus traseros de la cam... -agarré mi teléfono y maldije a Maddie por haber dejado que Trevor grabara un audio y que lo pusiera como alarma. A regañadientes quité las sábanas de encima mío y observé el otro lado de la habitación dónde se encontraba Maddie durmiendo plácidamente tapada hasta la cabeza, me acerqué a ella y la moví suavemente para que se despertara, pero no lo hizo.

- ¡Que te levantes! -le tiré el teléfono a no se dónde y se levantó de golpe.

- Mierda Tae, ¿Qué no sabes que es peligroso recibir un golpe en los pechos? -dijo mientras sobaba sus adoloridos pechos.

- Lo siento, pero es tu culpa; si no le hubieras dado mi teléfono a Trevor no estarías con las tetas hinchadas -la señalé mientras sacaba mi vestido negro floreado y unas sandalias crema del armario.

- Como sea, acepto tus disculpas -sacó un vestido igual al mío solo que blanco y unos tacos rosado pastel.

- En ningún momento te pedí disculp...

- Que acepto tus disculpas dije -me interrumpió. Rodé los ojos y mientras me iba cambiando iba pensando en lo que haría hoy.

(...)

- ¡No lo puedo creer, eres un idiota! -dijimos Maddie y yo al unísono.

- ¿Qué ven, niñas? -preguntó nuestra madre saliendo de la cocina para ver la televisión.

- Apuestalo todo -dijo Maddie lamentándose por la gran pérdida de Trevor.

- ¿Qué es eso? -frunció el ceño.

- Un programa ¡Duh! -dijo Maddie haciendo una mueca rara al decir "¡Duh!", mi madre la miró frunciendo el ceño y Maddie se enderezó.

- Un participante realiza una serie de juegos los cuáles tiene que ganar -explico-, a la finales el jugador lo...

- Apuesta todo -dijo mi madre mientras negaba con la cabeza.

- Sip y como ves Trevor es el participante en éstos momentos, no sé como pudo ganar todos los juegos y perderlo todo en la última ronda de un reto, ¡Ash! Por idi...

- ¡Tae! -me gritó mi madre.

- Tonto mamá, quise decir tonto -Maddie soltó una pequeña risa y mi madre me miró con el ceño fruncido.

- No subestimen a su hermano, el sabe lo que hace, sin en todo caso no es así pues sabe que tiene el apoyo de nosotros, su familia. -nos reclama- No quiero que lo sigan molestando niñas, ya déjenlo en paz -nos señaló mientras se dirigía de nuevo a la cocina.

- Como digas mamá -dijimos Maddie y yo al unísono. Seguimos mirando la televisión.

Se preguntarán quién es Trevor; es nuestro hermano mayor, el hijo que todo padre quiere tener, el amigo que todos quisieran tener y el enamorado de ensueño; rubio, alto, cuerpo bien marcado, inteligente, educado y de ojos verde; pero para mi es solo Trevor, el hermano mayor idiota de siempre, el que me empujó a la piscina para adultos cuando tenía siete años, el que me empujó de mi bicicleta las veces que podía, el que nos hacía bromas de mal gusto a mi a Maddie en la escuela, el mismo idiota de siempre.

- Adivinen qué niñas -dijo mi madre saliendo de la cocina con bandejas de comida en las manos, otra vez.

- Mm -respondimos al unísono Maddie y yo sin despegarnos del televisor.

- Hablé con su padre -dijo tratando de llamar nuestra atención por completo pero no lo logró- como el lunes es su último día de clases y no tienen nada planeado para el verano -dijo poniéndose frente al televisor con el ceño fruncido, la ignoramos y seguimos viendo al lindo conductor de "¡Apuestalo todo!" y a Trevor que estaba dando su entrevista- harán algo productivo éste verano y dejarán las haraganerías a un lado -dijo mientras tratábamos de quitarla frente al televisor- ¡Suficiente! ¡Se irán a un campamento de verano! -desconectó el televisor.

- ¡NOOOOOO! -gritamos Maddie y yo al unísono alteradas porque justo el sexy conductor iba a hacer un Striptease de parte de Trevor. ¡Oh Dios! ¡No lo puedo creer!

- Si y más valen que cambien de opinión porque su padre está inscribiéndolas ahora mismo ¡Eh dicho! -se fue a la cocina.Cansadas de sus gritos subimos a nuestra habitación para pasar el rato haciendo nada.

- Odio mi vida -dijo Maddie dejándose caer a su cama como un saco de papas.

- Ni tanto -dije mientras buscaba un atuendo en el armario- ésta noche tenemos una fiesta, alístate.

- ¿Cómo? -se paró de la cama- ¿Recuerdas como estuvo de enojada mamá allá abajo? No creo que nos de permiso para ir.

- ¿Quién dice que le pediremos permiso para ir? -la miré y moví mis cejas de arriba hacia abajo y sonriendo de lado.

- Ah, mente maestra -hizo el mismo gesto que yo- me gusta.

- Me amas -le lancé mi cabello a la cara.

- Ni te creas -me señaló.

(...)

- Maddie apúrate, llegaremos tarde -le susurré desde el árbol. Hace dos horas que mi madre salió para reunirse con un grupo de economistas; mi idea fue la más fácil y sencilla de todas, como mi madre nos encerró en nuestra habitación por haberse enterado de que hoy teníamos una fiesta por culpa de Maddie, no pregunten cómo, la solución a nuestro problema era salir por la ventana, los tacos no nos favorecían en éstos momentos ya que un paso en falso y caemos del árbol, pero así es la moda, arriesgada. Son las 11:23 p.m y Maddie no termina de alistarse, me exaspera; yo voy con un vestido negro de mangas largas ajustado a mi cuerpo con la parte de la espalda descubierta y unos tacos negros de gamuza, me encanta y es perfecto para éste calor infernal; espero y espero y Maddie no sale de la habitación, me asomo por la ventana y encuentro a una Maddie en los brazos de Morfeo, echada en su cama con el trasero al aire y la cara pegada a la cama, agarro uno de mis tacos y apunto hacia ella con tal de no darle o en sus tetas, en su cabeza o... ahí (ustedes ya saben), se lo lanzo y le rosa el brazo haciendo que se incline a un lado y caiga a suelo, trato de omitir un carcajada ya que podría caerme del árbol pero mi celular empieza a sonar con un ruido espantoso haciendo que pierda el equilibrio y caiga del puto árbol soltando un grito ahogado.

- ¿Hola? -dije con la voz ronca, los ojos cerrados y aún tirada en el piso soportando el dolor.

- No me vuelvas a tirar las cosas -se escuchó la voz de Maddie en la otra línea, abrí los ojos y la vi asomada en la ventana. Me sonrió y le devolví la sonrisa enseñándole mi dedo corazón.

- Te odio -dije con voz de drogada, le colgué el teléfono y cerré los ojos por unos segundos para luego pararme y encontrar a Maddie frente a mi meneando mi taco con su mano. Bufé y se lo quité.

- Vamos -me dirigí a la vereda- River pasará por nosotras en -revisé el mensaje de texto que me había enviado hace una hora- seis minutos -dije observando la calle para ver si algún deportivo rojo se acercaba. Nop, nada.

- ¿River? ¿Creí que ya habían terminado? -dijo confundida Maddie mientras se quitaba los tacos.

- En realidad no -dudé un momento- bueno si, pero regresamos ayer en la tarde, me dijo que se disculpaba por lo estúpido que se comportó, que fue un imbécil en lo cuál también estuve de acuerdo y que el no quiso engañarme con la zorra de Taylor, que fue por amenaza -me miró seria- Descuida, no le creí en nada pero aún lo quiero un poco y sé que lo nuestro aún no se ha formalizado después de todo, solo quiero vengarme de él por la estupidez que hizo.

- Me parece genial -sonreímos. Esperamos unos cuantos minutos a que el estúpido de River llegara a recogernos, pero nada; Maddie ya se estaba quedando dormida apoyada en el árbol y los pies me mataban, juro que mataré a River cuando tenga fuerzas.

- Lo voy a matar -dijo Maddie con voz ronca.

- No antes que yo -dije irritada. Me aburrí de estar parada así que me senté a su lado. Pasaron los minutos y nada- ¡¿Qué se cree el idiota?!

- Tae relájate, solo esperemos unos minutos má... -fue interrumpida por un escandaloso ruido de unos vidrios romperse; asustadas nos fuimos a ver lo que había pasado... ¡No lo puedo creer!

- ¡Eres un imbécil! ¡Un idiota! ¡Un completo idiota, River! ¡¿Cómo se te ocurre?! -grité desesperada al ver a River con piedras en la mano tirándolas a la ventana de nuestra habitación, o bueno, haberlas tirado. No puede ser mi novio es el más idiota de todos.

- Lo siento chicas, enserio; no sabía que estaban afue... -lo interrumpí.

- ¡¿Porqué no tocaste la puerta?! -le grité- ¡Te dije que mis padres no estaban!

- Creí que -lo volví a interrumpir.

- No creíste nada ¿Ahora que hacemos? Maddie, nos matarán -me dirigí a ella asustada.

- Yo p... -interrumpimos a River.

- ¡Cállate! -dijimos al unísono.

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